jueves, 1 de marzo de 2012

vaya semanita... :P



El macizo ha vuelto.

Se había ido a un congreso mundial -nada menos que mundial, ¿cómo faltar??- y llevo toda la semana sin un minuto pa ná. En este rato que ha faltado ha sido el cumple del primogénito, he comprado los regalos, los he hecho enviar a casa, ha enfermado la mediana, con su antibiótico, ha enfermado la
pequeña, con su antibiótico, he enfermado yo (bueno, eso no importa, las madres no enferman: se medican cuando se encuentran mal, pero por lo demás hacen todo igual-igual...) con mi antibiótico, el primogénito amenaza con los ganglios del cuello como bolas de golf, y por ahí anda el bicho, dando por saco a ver a quién pilla el siguiente.

Pero claro, las cosas no han sido así, lineales, para que yo pueda ir recogiendo niños infectados y recomponiéndolos, no; las cosas han sido como son siempre: en cuanto se piró le luz de mis ojos, el supremo hacedor de criaturas, el macizo en resumen, la enana empezó a dar por saco por la noche. Mal asunto, esto siempre significa que algo se incuba, algo nos ronda, algo va viniendo, algo va llegando. Tras tres noches muy -pero que MUY- interrumpidas, la cuarta (o sea, anoche), a eso de la una de la madrugada, la peque empieza a gemir; a la una y media y aún dormida le da por cantar (sí, es que en mi familia somos así, tenemos estas cosas...esto son mis genes, aquí sí), cantar, lalala lilili cada vez más alto, hasta aproximarse decibelio a decibelio al grito pelao, eso sí, aún dormida.

Yo decido hacer lo que se hace en estos casos; como no le puedo dar pataditas a ver si la cosa mejora, porque un bebé no es un marido (ojo, esto lo sé de oídas, a mi macizo no le hacen falta pataditas), pues le acaricié la espalda y estas cosas. Le toqué la mejilla y, cielos, estaba calentita. Esto, unido a que hacía gorgoritos con los mocos a modo de fondo musical, me dio la pista. Y me dije oye, igual la niña ya por fin deja de incubar y pasa al tema y así puedo hacer ya algo, porque esto de esperar y esperar mientras me da la noche como que ya me cansa...

Pues nada, arriba. Me pertreché con termómetro, ibuprofeno, paracetamol, agua, una toallita y antibiótico, y allá que me dediqué al ejercicio profesional a deshoras, que es por otro lado cuando puntúa doble. Si además el padre está fuera librándose, uy perdón ganándose el pan, pues puntuará lo menos por diez. Vamos, digo yo.

Al principio decía ÑO! (es que lo dice con Ñ, esto de los idiomas tiene estos caprichos), pero abría la boca la pobre y encima se reía. Es más linda... Bueno, tras la ingesta de estas cosas, el depósito en veremos del paracetamol, el agua y bla, bla, bla, llega el apagar la luz y notar que brinca, canta, y da patadas. Luego hace efecto el ibuprofeno, se pone a sudar, le da el sofoco, se mosquea, lloriquea, quiere brazos, luego quiere que la dejes, luego brazos, dejes, brazos, dejes, agua, dejes... y a eso de las cuatro, hasta el kiki aunque henchida de amor, of course, pero hasta el kiki de meneíto, ya por fin nos hemos dormido.

Yo hasta las siete. Ella hasta las nueve. Yo sin siesta. Ella con siestas.

Esta tarde estaba la tía que se salía. Ya está mejor. Cuando ha llegado su macizo padre lo ha recibido con una sonrisa y unos besos -con catorce meses, la moco de ella, ¡¡qué besos, qué ruido...!!!- ha pasado de mí como de la kaka, y se le ha enroscado al cuello como una boa.

Ays. Si es que ...

Mañana me voy de cena a casa de mis amores. Roast beef. Y luego me dan el truco. A mí me toca corresponder a la siguiente con un bacalao al pilpil, y ya si eso doy el truco yo.

PD: fotos de Bilbao que me da el macizo; gracias macizo :D

1 comentario:

  1. Yo creo que después de lo que has pasado, te mereces un día libre con las amigas de compras y cotilleos delante de un café. Yo me animo...

    I3 :)

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