sábado, 28 de enero de 2012

para el finde, con niños...






Una de las razones que esgrimía yo para hacer un blog es que hay muchas ideas de fin de semana fluyendo por ahí, pero cuando llega el momento muchas veces no se sabe qué hacer...

A mí eso solía ocurrirme, y me gustaban mucho la primavera y el verano porque era más fácil encontrar qué hacer; luego encontré planes para todo y ahora disfruto de todas las estaciones porque encuentro cosas para cada ocasión.

El plan: intentar proponer planes que yo ya haya hecho con mis amigos, a ver si le vienen bien a alguien

El de hoy va a ser visitar el Solar de los Ayala, en Quejana, Álava.


La casa de los Ayala está en buen estado de conservación, pero no está siempre abierta al público.
Tiene una zona de información con un museíto que en realidad es una pequeña exposición con paneles, algunos objetos religiosos... y después un gran complejo monumental (a ver, estamos en Quejana, tampoco vamos a visitar el Escorial, pero es más grande de lo que me esperaba...) con una capilla privada en la que hay unas tumbas de alabastro de los Señores de la Casa, una iglesia con más tumbas (entre ellas la de María Sarmiento, que a tenor de lo que nos contaron allí ha quedado peor parada en los dichos populares de lo que fue en su época, ya que al parecer era una familia ilustrada, las mujeres se educaban, y ella inició cierta beneficencia en Vitoria...).
La casona no tiene muebles ni guarda elementos de la época, pero la entrada es muy bonita, con una cerradura antigua, la llave enorme... Ojo que resbala, porque es un patio muy húmedo.
Dentro se puede visitar hasta la azotea; desde allí hay una vista preciosa y verdísima del Valle de Ayala. No está mal protegida, pero hay que mantener a los niños bien vigilados porque si se empeñan un poco se pueden caer.
Para poderla ver, nosotros contactamos con el párroco a través de la Oficina de Información del pueblo. Nos dieron su número -que no puedo publicar aquí-, y nos citamos con él. Nos guió gratuitamente y no quiso que le diéramos nada, pero dejamos nuestro agradecimiento en el cepillo porque tuvo santa paciencia (somos 15, 8 niños; entonces éramos 14, una requeteembarazada y 7 niños). De hecho, era mucho más cortés y paciente con los niños, a los cuales escuchaba y contestaba con exquisita atención. Lo que pasa es que nuestros monstruitos se dieron cuenta enseguida, y en un momento dado iban a tumba abierta con preguntas del tipo "¿y por qué Jesús se llamaba Jesús?" que nos obligaron a intervenir...
A comer, por allí, hay muchos sitios. Al ladito mismo está Arcos de Quejana; en él hay un reservado como para ¿15? y si lo pillas, es más cómodo para ir con niños. No recuerdo bien, pero creo que si vas más o menos a comer a gusto rondará los 50 euros por adulto.
Nosotros queríamos alubiada, así que buscando por allí nos recomendaron el Batzoki de Arrespalditza. Llamamos, y encargamos pasta con tomate y lomo adobado para los enanos, y alubiada y diversos segundos para nosotros. Estuvimos solos (bueno, algún miembro de las fuerzas del orden también se acercó por allí a comer...) y cuando llegó la sobremesa nos invitaron a quedarnos todo lo que quisiéramos, pues aunque la zona del restaurante cerraba ya, el bar seguía abierto. Encima, estaba todo riquísimo.
Un plan perfecto. Afuera era invierno, poco antes de la Navidad, y llovía. Eso hizo el plan doblemente perfecto. Muy recomendable.

PD, la foto la hizo el mayor. Si alguien tiene interés, tengo como millón y medio de fotos de bichos; incluso de fotos de bichos que se mueven y no salen en la foto. También de flores. Y de insectos. Y de ésas que te sacan y sales con un ojo cerrado.

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