Segovia, octubre 2011 |
Lié a una amiga. A sus dos hijos. A los tres míos. Y allá nos fuimos las dos con cinco niños. Estuvimos en Palencia, nos alojamos en Ampudia en La Casa del Abad. Desde allí:
.- recorrimos la Tierra de Campos.
.- pasamos a Valladolid a navegar el Canal de Castilla desde Medina de Rioseco. El capitán era un mulato cubano que nos habló en euskera y nos sorprendió. Resultó que su esposa era de Gipuzkoa. Muy gracioso su acento cubano mezclado con el de su señora de Pasajes y todo ello regado con el vallisoletano. Hicimos una exclusa, lo cual para los niños es la repera. La remontamos, y después la bajamos. El viaje se hace un poco largo, pero el Canal estaba precioso en otoño, lleno de caducifolios en su punto dorado... En el mismo pueblo están un extremo del canal, una dársena, y justo al lado una antigua fábrica de harina declarada monumento (ays, no sé por qué organismo, como esto del blog lo he cogido ahora...) con tooooda su maquinaria intacta y funcionando. Muy bonita. La señora que nos la explicó fue muy amable, intentó ser muy docente, y resultó un poco flojilla.
.- fuimos a un pueblo donde hay un museíto sobre la época romana y los niños (y las madres) se han de vestir de romanos. Creo que era en Herrera de Pisuerga. Aquí obligamos a la guía a disfrazarse también. El antiglamour es menor cuando todo el mundo lo pierde del todo :D Fue gracioso, hay que llamar para concertar la visita, y me cogió un señor que resultó ser el alcalde. Majísimo. Nos hizo la reserva, nos mandó la guía y vino a visitar "a esas abnegadas madres" acompañado por el concejal de turismo. Nos contaron que en julio hacen un mercado romano (en lugar del medieval que antes resultaba genial y ahora es más de lo mismo) y que en el último, un halcón se empeñó en posarse una y otra vez en el casco del concejal de turismo. La verdad que fue muy divertido, muy recomendable, pero en Julio tiene pinta de dar un solazo...
.- visitamos Segovia (un poco lejos, mejor habría sido dejarlo para otra ocasión), el acueducto, el Palacio de Riofrío. Comimos allí. Nos trataron muy bien, más teniendo en cuenta la tropa que componía nuestro grupo.
.- he dicho que nos alojamos en Ampudia. Un pueblo sorprendente. Cuando llegamos, unos señores nos hablaron como si fuéramos conocidas. Había una placita en la que los niños jugaban a la pelota al final del día, antes de cenar. Se juntaban siempre las mismas gentes allí, y al tercer día ya nos saludaban como de casa, y se contaban en voz alta lo que habían ido sabiendo de nosotras. Muy salao. Hay un castillo visitable, con visita concertada. Pertenece a la familia Fontaneda (los de las galletas, en efecto). Tiene un museíto y está bien. El castillo lo ocupan en verano, y resulta pintoresco por ello visitarlo. Yo llevaba al bebé (9 meses) en una mochila a la espalda, y a veces tenía que agacharme para no darle en toda la cabeza a la criatura. Con todo, se puede hacer perfectamente. Al parecer, Ampudia fue capital unos años antes de serlo Madrid, y de entonces quedan calles porticadas preciosas, y en el castillo queda la carta que declara Madrid capital de España. Un pueblo tranquilo, limpio, de gente amable, muy muy recomendable.
.-el hotel Casa del Abad es una casona, con suelos a diferentes alturas, algunos inclinados... que ha sabido mantener ese aire antiquísimo y al mismo tiempo resulta muy confortable. Yo tenía una suite, que era como una habitación cuádruple porque mantuve dos grandes puertas abiertas y quedaron unidas las habitaciones. Todo el mundo se esforzó por ponérnoslo fácil. Pedimos que nos dieran cenas fuera de carta porque siete noches con niños necesitábamos comida casera, y el cocinero se avino inmediatamente. O sea, cenamos "en casa" todas las noches. Luego un billar con los niños... y luego a elegir entre dormir o entrar en coma agotadas.
Como han pasado ya unos meses no tengo muchos datos frescos. Prometo mantenerme más al día en futuros planes...
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