Un blog escrito desde Bilbao, para hablar de las cosas que pasan, de salir con niños, de qué hacer un domingo lluvioso, de libros, de si combinar o no el bolso con los zapatos, para reírme de las pequeñas anécdotas que nos deja cada día, de todo en general... Sobre todo, un blog para aprender de qué va esto de los blogs...
jueves, 2 de febrero de 2012
neumáticos de invierno y la mente masculina
Quiero poner al coche neumáticos de invierno. Ya sé que se ponen en octubre, pero ha hecho calor y además en mi casa no había unanimidad.
Ahora hace frío.
Unanimidad, haberla, tampoco la hay, pero el macizo se ha rendido. Mis colegas (varones) en el trabajo hoy se han echado unas risas de solidaridad masculina, y me he dado cuenta de que el cerebro masculino a veces funciona como en wifi, y hacen una especie de conexión infrarroja o algo que hace
que todos piensen al unísono. He aprovechado cuando hablaba con ellos, con esta reflexión recién hecha, para leer a través de sus gestos el cerebro del macizo, y lo he comprendido. Ahora ya sé por qué no se despierta a las 5 de la mañana cuando le bebé llora, y yo sí.
Me explico.
Yo quiero neumáticos de invierno. Mi coche es un 4x4 y tiene reductora, así que debería ir a cualquier sitio sin mucho miedo. También tiene unas ruedas de 18 pulgadas, y meter ahí una cadena me parece kk. Además, el hielo... me gusta menos que la nieve, y llevo todo el otoño-invierno lanzándole al macizo ataques de baja intensidad a los que se resiste. Pero yo lo he ido erosionando, esperando mi oportunidad.
Y ésta es la mía.
El domingo vamos a la nieve, y el lunes pretende ir a Madrid en coche. Y ahí lo he pillado. Anoche, al final de la cena, todo paz y armonía, él con cara de cansado, vi que era el día D, la hora H. El Octubre Rojo podía emerger completamente (esto se lo dedico a Aitor, que le encanta esa expresión). Y lancé varias andanadas seguidas. Primero le martilleé en los oídos con la seguridad, los niños... cuando ya vi que empezaba a acusar el ataque y sus defensas perdían calidad, seguí con un tú el lunes no vas por Somosierra con todo helao, irresponsable, parece mentira, y cuando vi que estaba a punto de quebrarse le dije que como tuviera un mínimo problema habiendo tenido la posibilidad de minimizar el riesgo, me iba a tener que aguantar toda la vida.
El calló. Yo creo que otorgando, pero no dijo nada.
Hoy me he lanzado a pedir presupuestos, y cuando he tenido el detalle (sí, es un detalle, ¿no?, porque hacerlo, lo iba a hacer igual) de preguntarle qué le parecía, yo ya esperaba su respuesta. Sabía cuál sería.
Qué remedio, ha dicho él. Eso esperaba yo.
Pero mis colegas (varones) cuando se lo contaba se morían de la risa, y decían fuuuuu, lo ha mareado y al final se ha ido a la cama todo petao y con pitidos en los oídos, de la chapa. Y entre ellos se jaleaban, sí colega, sí, jajajaja,
Por eso el tío no oye a la niña. Que tiene pitidos porque la luz del hogar, la alegría de la casa, o sea, yo, vela por él y por el bienestar familiar.
Como dice la mía mediana: Boys!
PD, la foto es de mi colección de carteles curiosos. Está hecha en Bilbao, en Hurtado de Amézaga, cuando se implantó la actual (y bendita) ley antitabaco.
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