jueves, 9 de febrero de 2012

oe oe oe oeeeeeee!!!!!



Jueves, 10 de febrero.

4 días después del decreto en virtud del cual los herederos (nuestros) mayores quedaban castigados a copiar 250 veces una frasecita (lo publiqué en la entrada 250 mejor que 300).

Hoy han acabado.


Llevan cuatro días sin jugar, sin hacer nada más en su tiempo de ocio que copiar esto, con más o menos distracciones pero ahí, al tema, dale que te pego. A la mediana le ha dado tiempo, incluso, de arremeter contra el mayor (un santo, qué paciencia tiene el hombre...) y ganarse 25 copias adicionales, y el mayor, por no responder, ha recibido un bonus de 25 copias menos.

Así las cosas, hoy que no tenían extraescolares han venido derechitos, han pasado la tarde con el castigo y  han terminado, ante la amenaza de no ir a cenar a casa de unos amigos el sábado si les quedaba tarea pendiente.

Estoy, la verdad, encantada de que hayamos acabado el castigo de marras; las últimas 50 líneas de la mediana han sido... no sé, imagino que es como cuando estás en el Everest, ahí, a puntito, pero no llegas, sopla el viento, los elementos te van dando por el saco uno tras otro, y al final no se sabe fijo si tocarás o no tocarás... suspense....

Porque le ha dado por llorar con grandes aspavientos (la profa de 2 años ya me dijo que la llevara a un taller de teatro, que tiene dotes), sollozando entre ay que no llegos y malditas extraescolares que no me dejan hacer el castigo. De maldita la hora que me curré con mi hermano, la verdad, no le he oído nada.
Pero ha terminado.
Y le he preguntado si pensaba volver a enzarzarse con el hermano; ha respondido tan vigorosamente que no, que pensé que se le iba a salir la cabeza en un gesto de estos, y a ver cómo lo explico yo en la urgencia. Es que no sé si castigar a los hijos a copiar 250 veces es legal, o es maltrato psicológico o algo, y claro, esto me descoloca. Bueno, la voluntad es buena, a ver si es atenuante.

Mientras, me he sentido inspirada, como que esto del frío me ha redistribuido el flujo sanguíneo y tengo el cerebro como más irrigado, y he decidido copiar en un folio las normas mínimas que han de cumplir los críos.
De tanto repetirlas, me parecía que esto iba a ser como el Quijote o así; pero me han salido ocho o nueve. Las he repasado varias veces, pero no faltaba ninguna. Que estoy harta de repetirlas varias veces al día, que ya soy consciente de que como voy detrás dale y dale pues no hacen caso más que cuando quieren, y siempre amenazo pero nunca cumplo.
Pero ahora he visto dónde les duele, y ésta es la mía.

Norma general: quien se salta una norma la copia 10 veces. Sólo 10, sí, porque el mayor ya ha conseguido acumular 10+10, como les haga copiar 25 los voy a tener que sacar de extraescolares...

Ays. Me be happy. Mientras tanto, a excepción de los ruiditos de la mediana a ver si da pena o no, la verdad que no ha habido niños. Se juntaban a copiar, se preguntaban tú cuántas vas... eso sí, el puñetero del mayor se ha dado cuenta de que la otra aquí y allá se saltaba una línea, y se chivaba. Igual me falta esa norma sobre no chivarse, más que nada porque cada vez que lo hace me pone en un compromiso. Me lo voy a pensar...

PD: la foto la tomé en Teruel; a ésta sí que la ponía yo a copiar unas cuantas veces, porque tiene delito la jodía, Deivid...

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